Hace ya meses que escucho a los partidos tradicionales hurgar en las heridas del Frente Amplio para encontrar zonas oscuras, pústulas y ponerlas como bandera para repudiar al Gobierno.
A la vez en el mundo ocurren fenómenos incomprensibles, como que los Americanos cansados de los gobiernos dominados por los grandes poderes, resuelvan votar a Trump!!!
Y luego aparezca un clon de Trump en Brasil.
Usan el mismo método para eliminar partidos que buscan justicia social. Tratar de sacar los trapos sucios, las partes enfermas que siempre se encuentra en la vida de cualquier persona y cuanto mas si se busca en un partido de gobierno. Igual que en Uruguay usan eso para mostrar lo que es el partido que la gente quiso. Y muchos se lo creen y ven a los defensores del Imperio como salvadores. Y los votan.
Necesitamos menos fe en religiones y más fe en el ser humano. El ser humano en su esencia, antes de que se contamine con culturas que dividen. El ser humano empático que es capaz de construir en comunidad y donde el ego es la suma del ego de todos. Necesitamos el orgullo del ¨Nosotros¨ construimos esto.
Y así es como yo vivi al Frente Amplio desde sus orígenes. Algo que hasta ahora fue una vacuna contra los que solo quieren la gloria, el poder y la riqueza para unos pocos y que los que no lo logren se pudran porque nacieron perdedores. Una vacuna contra la división en 2 partidos tradicionales de gobierno que son lo mismo, en 2 equipos de football, en religiones que son iguales, en hombres y mujeres en capacitados y discapacitados. Una vacuna que nos hace sentir que todos somos parte de un mismo universo, con sus diversidades para enriquecerlo y no para dividirlo.
Pero con tanto bombardeo el mismo Frente Amplio se ha ido resquebrajando e incluso yo, he pensado que ya no había esperanza.
Hasta que vi lo que paso con Venezuela. Hay muchas cosas que yo no se de Venezuela, de Maduro y del pueblo venezolano. Pero de lo que estoy segura es que si el Imperio lidera una guerra en contra de Maduro y su gente, hay algo que no me cierra. Y me siento muy orgullosa de que Uruguay no se haya alineado para repudiarlo. Y si no se alineó es porque la vacuna todavía sirve.
Y es por eso que volví a sentirme parte del Frente Amplio.
A la vez en el mundo ocurren fenómenos incomprensibles, como que los Americanos cansados de los gobiernos dominados por los grandes poderes, resuelvan votar a Trump!!!
Y luego aparezca un clon de Trump en Brasil.
Usan el mismo método para eliminar partidos que buscan justicia social. Tratar de sacar los trapos sucios, las partes enfermas que siempre se encuentra en la vida de cualquier persona y cuanto mas si se busca en un partido de gobierno. Igual que en Uruguay usan eso para mostrar lo que es el partido que la gente quiso. Y muchos se lo creen y ven a los defensores del Imperio como salvadores. Y los votan.
Necesitamos menos fe en religiones y más fe en el ser humano. El ser humano en su esencia, antes de que se contamine con culturas que dividen. El ser humano empático que es capaz de construir en comunidad y donde el ego es la suma del ego de todos. Necesitamos el orgullo del ¨Nosotros¨ construimos esto.
Y así es como yo vivi al Frente Amplio desde sus orígenes. Algo que hasta ahora fue una vacuna contra los que solo quieren la gloria, el poder y la riqueza para unos pocos y que los que no lo logren se pudran porque nacieron perdedores. Una vacuna contra la división en 2 partidos tradicionales de gobierno que son lo mismo, en 2 equipos de football, en religiones que son iguales, en hombres y mujeres en capacitados y discapacitados. Una vacuna que nos hace sentir que todos somos parte de un mismo universo, con sus diversidades para enriquecerlo y no para dividirlo.
Pero con tanto bombardeo el mismo Frente Amplio se ha ido resquebrajando e incluso yo, he pensado que ya no había esperanza.
Hasta que vi lo que paso con Venezuela. Hay muchas cosas que yo no se de Venezuela, de Maduro y del pueblo venezolano. Pero de lo que estoy segura es que si el Imperio lidera una guerra en contra de Maduro y su gente, hay algo que no me cierra. Y me siento muy orgullosa de que Uruguay no se haya alineado para repudiarlo. Y si no se alineó es porque la vacuna todavía sirve.
Y es por eso que volví a sentirme parte del Frente Amplio.
